Este año realmente ha sido inédito, y nadie estaba preparado para esto. Las economías totalmente desencajadas y torpedeadas por sorpresa ante los efectos causados por un enemigo que nadie vio venir, y cuyas consecuencias jamás se pensó que llegaran a estos niveles.
Sin embargo, y aunque esto no tiene ningún lado positivo como evento, pues lo que si tiene un matiz interesante y hay que destacarlo, fue la reacción o capacidad de recomposición de las estructuras económicas, de política monetaria e impositivas que adoptaron algunos gobiernos para comenzar el proceso de reactivación, es decir, ocuparse en lugar de preocuparse.