El mes pasado cumplimos en Venezuela, un año ya de haber comenzado a sufrir los efectos de la pandemia, desde todo punto de vista. Una economía que ya venía bajo un escenario dramático, pues, tuvo con todo esto, el pequeño empujón que empeoró aún más el desenvolvimiento de la actividad productiva en nuestro país. Muchos tratan de sobrevivir, otros han desistido y cerrado operaciones, pero lo que si se ha mantenido sin variación, es el cobro de tributos y aportes no tributarios, a la par de que tampoco han sido otorgados incentivos o beneficios para tratar de acompañar al contribuyente en todo este proceso. Parece mentira, pero es cierto.