Muchas empresas multinacionales entienden los riesgos derivados de las formas más tradicionales de movilidad, como las asignaciones a largo plazo y las transferencias permanentes. La mayoría de las empresas ya cuentan con políticas sobre apoyo fiscal y de migración para asegurarse que el empleado cumpla con la legislación tanto del país de origen como del de destino. Pero en este nuevo mundo de trabajadores que se quedan en casa, ¿Qué deben considerar las empresas para determinar su nivel de apoyo a los empleados?
En el proceso de decidir el apoyo que proporcionarán, las empresas, deben garantizar la salud, seguridad y bienestar de sus empleados.
Antes del cambio a estructuras de trabajo más remotas, la mayoría de las organizaciones brindaban más apoyo a los empleados que viajaban por negocios y no tanto a empleados que viajaban por razones personales, pero que decidían trabajar mientras viajaban. Hoy en día, con el trabajo remoto convirtiéndose rápidamente en la norma, la línea entre el trabajo y el tiempo personal se ha vuelto menos obvia y los empleadores deben reconsiderar las obligaciones para con sus empleados.
Las obligaciones para con los empleados tiene una definición muy amplia (salud, seguridad y bienestar) y las empresas pueden tener diferentes ideas sobre lo que esto significa en términos de apoyo. Aquí hay algunas preguntas que pueden considerarse para brindar apoyo a un empleado que trabaja de forma remota o que no trabaja desde su ubicación típica:
¿Hay gastos en casa del empleado que la compañía reembolsará, como teléfono, escritorio, silla, servicio de internet, impresora u otro equipo de oficina? ¿Hay alguna consideración fiscal o política para la empresa o el empleado relacionada con el suministro de este equipo?
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