Posiciones fiscales inciertas

Volatilidad

Miguel Moreno Tripp
08/11/2022
Posiciones fiscales inciertas

De acuerdo con el glosario del CFA, la volatilidad, es la desviación estándar de los rendimientos de los precios asociados con un activo subyacente. La desviación estándar, se calcula como la suma de las diferencias entre cada dato observado, con respecto al promedio de dichos datos. Si se sumaran directamente, el resultado sería cero, por lo que es necesario elevarlos al cuadrado (multiplicarlas por sí mismas) para eliminar el signo de las diferencias que tuvieran signo negativo y se divide entre el promedio, dando como resultado la varianza. Su raíz cuadrada es la desviación estándar.

 

Es Interesante el concepto estadístico, incluso cuando se aplica a los rendimientos de alguna acción listada en bolsa. Es importante considerar que se aplica a los rendimientos, más no a los precios directamente. Por ejemplo, para obtener el rendimiento de un mes de alguna acción, se obtiene como el precio al final del mes, entre el precio de inicio del mes y se le resta la unidad. El promedio obtenido será el rendimiento promedio. Las diferencias de cada rendimiento con respecto al rendimiento promedio, multiplicadas por sí mismas, sumadas y divididas entre el promedio, es la varianza. La raíz cuadrada de la varianza es la desviación estándar.

 

Una mayor desviación (volatilidad), indica que los rendimientos de la acción se comportan como si fueran en una montaña rusa. Por el contrario, una acción cuyos precios no tienen movimiento y no tienen volatilidad, indica que la acción no tiene bursatilidad, es decir, que nadie la compra y nadie la vende.

 

Entonces, la pregunta es ¿Por qué varían los precios de las acciones? Si consideramos que un activo es un recurso controlado por una entidad, del que se esperan futuros beneficios económicos, la respuesta es: Si en este momento los inversionistas esperan más beneficios, entonces los precios subirán, en caso contrario bajarían. Esto se debe a una de las maneras de valuar una acción que trae -descuenta en términos financieros- al presente los flujos futuros que se espera genere la empresa.

 

Se esperarían mayores flujos de alguna inversión si hubiera estado de derecho que diera protección a las inversiones -nada de “las reglas cambian”- además de generar piso parejo para la competencia; si el gobierno invirtiera en infraestructura necesaria con retorno positivo; también depende de las condiciones económicas internacionales, considerando que las nacionales fueran positivas; si el gobierno en turno fomentara el empleo productivo y bien remunerado o si no hubiera inseguridad ni corrupción.

 

En caso contrario, si la economía esta prendida solamente de las exportaciones y las remesas entonces fundadamente, se puede decir que no le irá bien a la empresa en el futuro y por lo tanto, tampoco beneficiará a la acción, afectando al inversionista.

 

Este fenómeno no solo aplica a los grandes capitalistas, sino también a los que cuentan AFORE, porque son considerados inversionistas. Si quieres conocer más sobre este tema, acércate a nuestros expertos quienes te orientarán en el manejo de inversiones.

 

Una versión de este artículo fue publicada en El Financiero.


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Miguel Moreno Tripp
Socio de Consultoría
Oficina Monterrey