Hablemos de equidad de género en la empresa...

La igualdad de género ocupa un lugar central en la agenda de trabajo de los organismos de cooperación internacional. Hemos visto un progreso notable en este aspecto en los últimos 20 años, por ejemplo, más niñas en la actualidad van a la escuela en comparación a hace 15 años atrás y también la mayoría de las regiones del mundo han alcanzado la paridad de género en la educación primaria. Sin embargo, aún hay un largo camino por recorrer, pues a pesar de que las mujeres representan poco más de la mitad de la población mundial, la contribución y participación femenina en la fuerza laboral se ha mantenido por debajo de la participación masculina, además de que las mujeres realizan la mayor parte de los trabajos no remunerados en la sociedad y la familia. En el sector de la economía informal también están sobre representadas, al igual que en las estadísticas de población con pobreza o con mayores carencias que los hombres, y aún más allá de eso, son condiciones que prevalecen desde la niñez y hasta la vejez, debido a que los montos de pensiones para el retiro se ven afectados por los empleos informales a los cuales tienen acceso, así como por el nivel de ingresos que se les otorgan en comparación con un hombre.

Por lo tanto, los desafíos del crecimiento, la creación de empleo y la inclusión, están estrechamente relacionados con la equidad de género. Si bien, el crecimiento y la estabilidad son necesarios para ofrecer a las mujeres las oportunidades que necesitan, la participación equitativa de la mujer en el mercado laboral también es parte de la ecuación de crecimiento y estabilidad. Conceder mejores oportunidades para las mujeres  puede significar obtener un mayor desarrollo económico en las economías en desarrollo,  por ejemplo, a través de la aplicación de políticas que corrijan las distorsiones del mercado laboral para conseguir avanzar hacia la igualdad de género y fortalecer el papel de la mujer, eliminando las brechas salariales.

Lograr la equidad de género es un reto para todas las sociedades, sus gobiernos y por ende, para las empresas, es por ello que los Objetivos de Desarrollo Sostenible o la agenda 2030 mundial consideran el “objetivo 5 – Igualdad de género” el cual busca entre otras metas lo siguiente:

• Lograr poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo.
• Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado.
• Reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerado mediante la prestación de servicios públicos, infraestructuras y la formulación de políticas de protección social, promoviendo la responsabilidad compartida en el hogar y la familiar, según proceda en cada país.
• Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública.
  
  

El sector empresarial puede contribuir al logro de estas metas  a través de:

• La alineación de sus estrategias de Responsabilidad Social Corporativa con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en específico para este tema el ODS5.
  
  
• Mediante la certificación de la Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación.
  
  
• Campañas de formación y sensibilización de la igualdad de género en la empresa.
  
  
• Cumplimiento puntual de la ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.