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Value Drivers: el valor de conocer al empleado

Conocer qué motiva las acciones de las personas y cuáles son sus habilidades naturales y aspiraciones de carrera es el primer paso hacia una organización de éxito.

Laura Catalán, Senior Consultant
30/06/2020
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Todas las empresas en mayor o menor medida han puesto al cliente en el centro de su estrategia. En España, sin embargo, sigue habiendo una cuenta pendiente con el diseño de organizaciones centradas en el talento. Nos hemos tenido que ver en una situación crítica a nivel mundial, con los empleos en riesgo, para reflexionar sobre la necesidad de gestionar más eficientemente el capital humano. 

Es necesario un cambio de mentalidad. No se trata solamente de “retener” al mejor talento sino de contar con personas capaces de adaptarse a los cambios y salir con éxito de esta y futuras crisis. Cuando las personas están en su mejor lugar de contribución en la empresa, no hace falta retenerlas, son ellas mismas las que deciden quedarse. 

Resiliencia, colaboración, diversidad, transparencia, honestidad o inteligencia emocional son algunas de las características que definen al trabajador del futuro. Y es que el escenario de negocios del futuro será tan cambiante e incierto que requerirá de equipos con una visión y valores compartidos que contribuyan a un interés común: el propósito de la organización. 

En este sentido, la volatilidad del mercado está obligando a las empresas a revisar sus fundamentos de gestión del capital humano. Medir el potencial del desempeño y evaluar el perfil tanto como las competencias se está convirtiendo en una prioridad. Existen diversos métodos para estas evaluaciones. Por ejemplo, Value Drivers® analiza las tres componentes del talento: las motivaciones, las habilidades y las aspiraciones a través de los valores conductores, los estilos de pensamiento y las anclas de carrera del empleado, tres modelos basados en las teorías de Eduard Spranger, Carl G. Jung y Edgar H. Schein.

Esta metodología, en concreto, permite descubrir el potencial individual para hacer frente a diferentes escenarios como: reestructuraciones, construcción de equipos de alto desempeño, procesos de selección de personal o procesos de cambio y transformación cultural. A continuación se presentan las componentes a analizar a través de Value Drivers®:

  • Motivación, clave para la efectividad
    Las personas tienden a ser más efectivas cuando logran ser consistentes con sus motivaciones más profundas. Podemos clasificar ocho valores relacionados con la vida laboral, que nos orientan a la acción: conocimiento teórico, poder, bienes concretos, estructuras, espiritualidad, personas, logros individuales y armonía estética. Conocer la escala de valores de las personas ayuda a entender qué quieren, qué les motiva y cuáles son sus áreas de mayor potencial.
  • Estilos de pensamiento y liderazgo
    Los estilos de pensamiento marcan las actitudes habituales de las personas. La actitud es una disposición psicológica por la que tendemos a obrar en una cierta dirección. El modelo de tipología de Jung distingue cuatro funciones psicológicas: pensamiento, sentimiento, sensación e intuición, que definen desde cómo nos comunicamos hasta cómo lideramos. Saber en qué estilo se sitúan los empleados ayuda a ponerlos en su mejor lugar de contribución dentro de la empresa, potenciar su estilo natural más destacado y fortalecer sus áreas menos preferidas.
  • Proyección en la empresa
    Las aspiraciones profesionales se rigen por las “anclas de carrera” que sirven para guiar, restringir, estabilizar o integrar la carrera laboral de una persona. Value Drivers, distingue siete anclas: competencia técnica o funcional, competencia de dirección general, autonomía o independencia, estabilidad, creatividad, servicio o dedicación a una causa, desafío puro, estilo de vida. Gracias a este análisis se pueden conocer las preferencias del empleado en cuanto a su carrera y futuro en la empresa.

El mercado laboral está cambiando por completo. Hoy los departamentos de Capital Humano de empresas líderes trabajan en mejorar la experiencia del empleado, alinear a las personas al propósito de la empresa y exprimir el potencial de cada individuo, mientras otros aún llaman a sus departamentos “Recursos Humanos”, como si de recursos se tratase. Si antes eran las empresas las que elegían a los candidatos, ahora son estos los que eligen dónde trabajar. Así que conocer estos tres elementos clave del perfil individual será la base para estructurar la organización y los equipos de éxito que se necesitan para esta nueva normalidad y para el futuro.