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Proyecto de fortalecimiento de la calidad de la información corporativa y su aplicación

Agustí Saubi, Socio de Auditoría
22/03/2022
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Hace unos años podríamos pensar que el nuestro era un sector sin excesivos cambios normativos. Vamos a tener un plan de contabilidad vigente y sin cambios durante muchos años y unas normas técnicas de auditoría que todos dominábamos.

Después de la modificación del plan contable, de la adopción de la Unión Europea de las normas internacionales de información financiera (NIIF), y de la implementación de las normas internacionales de auditoría, con mayor o menor grado de adaptación en cada país, podríamos pensar que volvería la calma, solo perturbada por alguna actualización. Parece que no, porque la Comisión Europea siempre se preocupa de mejorar la calidad, desde los diferentes puntos de vista.

Ahora llega el turno a la información corporativa. La calidad y fiabilidad de la información que publican las empresas se basan en tres pilares fundamentales que se refuerzan mutuamente: la gobernanza de las empresas, las auditorías legales y la supervisión y el control del cumplimiento por parte de las autoridades públicas de cada país. Repetidamente hemos oído decir que cada vez que hay un escándalo financiero, surgen nuevos requerimientos. Esta vez también han sido las quiebras de grandes corporaciones europeas las que han puesto en evidencia que los tres pilares mencionados no han cumplido eficazmente la función que se les presumía. Además, algunos informes internos de la Comisión han puesto de manifiesto la deficiencias en la supervisión y el control del cumplimiento por parte de la de los estados miembros, así como en la calidad de las auditorías - me pregunto si algún día veremos informes concluyendo positivamente sobre la calidad de las auditorías -, los enfoques de los estados en materia de supervisión, y el perenne excesivo grado de concentración en el mercado de la auditoría.

Esta combinación de quiebras e informes alertando de deficiencias animó la Comisión a lanzar consultas para recaudar el opinión de los diferentes actores y así poder evaluar diferentes alternativas de aspectos a mejorar. Aunque estas consultas se centran en las empresas cotizadas, habrá que ver después hasta dónde llegan las conclusiones y cómo se adoptan en cada país. Lo que está claro es que no se trata de consultas sobre las normas contables ni sobre la calidad informativa de los informes de sostenibilidad. El objeto de las consultas son las áreas concernientes al gobierno corporativo y aspectos concretos de la auditoría legal de las entidades de interés público (EIP), que son sociedades cotizadas, entidades de crédito, empresas de seguros y entidades designadas como tales por los estados miembros.

Estudios preliminares evidenciaron las ventajas de la adopción de las NIIF para las empresas cotizadas europeas para conseguir mayor transparencia y comparabilidad. Aunque se constató que la información proporcionada era fiable, también se puso de manifiesto que las prácticas de control del cumplimiento de los supervisores nacionales en materia de información corporativa en las cotizadas difieren considerablemente de un estado a otro. Desgraciadamente, la quiebra de la alemana Wirecard confirmó las deficiencias y debilidades en cuanto a la eficacia de las prácticas de control de cumplimiento.

La presentación de informes corporativos de confianza y de alta calidad es de vital importancia para la salud de los mercados financieros, la inversión empresarial y el crecimiento económico. Por este motivo, este proyecto espera garantizar que las empresas publiquen la cantidad y la calidad adecuadas de información relevante que permita a los inversores y otras partes interesadas evaluar el desempeño y la gobernanza de la empresa y tomar decisiones de acuerdo con ello.

El proyecto ha lanzado una consulta sobre diferentes aspectos en los que se considera que hay margen de mejora, que se dividen en cinco bloques principales:

  1. Impacto general del marco de la UE en los tres pilares de la información corporativa de confianza y alta calidad: gobierno corporativo, auditoría legal y supervisión, así como la opinión sobre la interacción entre los tres pilares.

  2. Gobierno corporativo, en la medida en que sea relevante para la presentación de informes corporativos. Su objetivo es recabar opiniones sobre el funcionamiento de los consejos de administración de las empresas, de los comités de auditoría y de cómo podría mejorarse su funcionamiento.

  3. Ley de auditoría. Las primeras preguntas de esta parte pretenden conocer la opinión del sector sobre la eficacia, la eficiencia y la coherencia del marco de auditoría de la UE. Se centra en particular en los cambios introducidos por la reforma de auditoría de 2014. Las preguntas tienen como objetivo recoger ideas sobre cómo mejorar el funcionamiento de la auditoría legal.

  4. Supervisión de los auditores de cuentas y sociedades de auditoría de las entidades de interés público.

 

Agustí Saubi

La presentación de informes corporativos de confianza y de alta calidad es de vital importancia para la salud de los mercados financieros, la inversión empresarial y el crecimiento económico”.

Agustí Saubi
Agustí Saubi
Economista y Socio de Crowe

Por último, la consulta indaga sobre la supervisión de los informes corporativos y cómo mejorarla. Con estas consultas se pretende abordar tres problemas:

  1. Que los consejos de administración de las empresas cotizadas no respondan lo suficiente por lo que respeta a la calidad de información corporativa, y especialmente en relación con los sistemas de control y la prevención de los riesgos de fraude, así como la ausencia o poca autonomía de los comités de auditoría. Igualmente preocupa la falta de transparencia de sus actividades y la falta de claridad en la supervisión.

  2. Deficiencias en las auditorías de las EIP. A pesar de la reforma de 2014, los diferentes enfoques de los estados miembros sobre la supervisión a los auditores impactan negativamente en la contribución de los auditores a la calidad de la información corporativa. Además, persiste el problema de la concentración en el mercado. Los informes nacionales detectan deficiencias, tanto en los sistemas de control de calidad internos de los auditores como en los expedientes de auditoría. Se apuntan cuatro factores que podrían explicar estos problemas: I) la falta de incentivos para que los auditores se centren en su función de interés público (especialmente a causa de la prestación de servicios ajenos a la auditoría), II) la falta de competencia en el mercado de las EIP, III) los obstáculos reguladores y IV) la falta de eficacia y congruencia de la supervisión.

  3. La falta de supervisión constituye el tercer grupo de problemas, porque se considera que la falta de una correcta supervisión también puede socavar la credibilidad de la información corporativa.

En muchos países hay déficit de supervisores, y se ha detectado una elevada proporción de inexactitudes importantes en las revisiones. Esto hace difícil garantizar un control del cumplimiento coherente y de calidad en el conjunto de la UE.

Se da por supuesto que, sin una nueva intervención de la UE, persistirán estos problemas. Actuaciones individuales de los países tampoco serían suficientes, porque desembocarían en divergencias entre los países en el momento de adoptar políticas de refuerzo de la calidad de la información corporativa y el control de su cumplimiento, lo que también daría lugar a un grado desigual de protección de los inversores.

En esta iniciativa, el objetivo es reforzar la calidad de la información corporativa y el control de su cumplimiento, por lo que resulta preciso aclarar las funciones y responsabilidades de las partes implicadas (consejos de administración, comités de auditoría, auditores y supervisores).

Así pues, ¿en qué puede derivarse esta iniciativa? En el ámbito de las empresas (cotizadas, en principio), podría aumentar la responsabilidad de los consejos y de los comités de auditoría. Habrá que ver en qué consistiría esta mayor responsabilidad y cómo aumentar la eficacia de los comités de auditoría de manera regulada. Algunas propuestas plantean exigir experiencia en finanzas, contabilidad o auditoría a los miembros del comité, así como formación continuada, mientras que otras prevén obligar a desarrollar procedimientos de control interno para mitigar el riesgo de fraude.

En el ámbito de las auditorías se persigue mejorar su calidad. Todavía no hemos podido implementar las recientes normas internacionales de gestión de la calidad (ISQM), cuando ya se abren otros frentes para mejorar la calidad. Esta vez, sin embargo, las consultas no tienen nada que ver con la ISQM, porque preocupan aspectos como la concentración o cómo incentivar a los auditores para centrarse en su función eliminando los posibles conflictos de interés con los servicios ajenos a la auditoría, aspectos de los que podrían derivar consecuencias positivas para los pequeños y medianos auditores.

Por último, en cuanto a la supervisión, se pretende garantizar la eficacia y la eficiencia de la información corporativa, aumentando la transparencia de la labor ejercida por los supervisores, rindiendo cuentas a las partes interesadas y al público en general.

De forma global, lo que se persigue es mejorar la protección de los inversores frente a la información incorrecta y mejorar la confianza en los mercados financieros. ¿En qué puede repercutir esta mejora al pequeño y mediano auditor?

Partiendo de la base de que se trata de una iniciativa en curso, todavía en fase de consulta y nada decidido (y probablemente no salga nada hasta finales de este año), puede resultar temerario anticipar en qué nos puede afectar. Sin embargo, por la tipología de las consultas efectuadas, pueden intuirse algunas de las potenciales consecuencias. Cualquier medida sobre la supervisión, es claro en qué redundará. Dice el proyecto que se limita a las empresas cotizadas ya los auditores de las EIP, pero ya sabemos que, a veces, lo que Europa aplica en EIP, aquí queda automáticamente extendido en el momento en que la norma cruza los Pirineos.

Me temo que cualquier medida que se adopte por intentar mejorar (léase intensificar) la supervisión, afectará a todo el sector, porque es impensable que coexistan dos tratos diferentes de supervisión, salvo que se delegue en las corporaciones la revisión de auditores sin EIP. En cuanto a las empresas, será interesante ver qué medidas se proponen para mejorar la calidad de los consejos y de los comités de auditoría. ¿Se requerirá mayor profesionalización?

Han tenido que producirse quiebras en Alemania para que se haya intervenido en el asunto. Aquí quebraron entidades financieras con consejeros que pasaban por allí para firmar y no salió nada. ¡A ver si hay suerte y una de las consecuencias colaterales es que se pone fin a las puertas giratorias!

Por último, para acabar en positivo, cualquier iniciativa que se adopte para intentar reducir la concentración será bienvenida. Hasta la fecha no han prosperado las iniciativas. La coauditoría, de la que el REA es firme defensora, sigue en unos niveles muy bajos en toda Europa (excepto en Francia), por lo que se están proponiendo otras fórmulas para abrir el mercado de las EIP a más auditores. Una de estas es compartir los grupos consolidados de interés público. Se está evaluando cómo regularlo para que otros auditores puedan intervenir en la auditoría de componentes del grupo cotizado, y al mismo tiempo se evitan los aspectos negativos que esgrimen los detractores de las coauditorías.

Esperamos que de esta iniciativa no nos impongan excesivas medidas negativas, al mismo tiempo que deseamos que se consiga abrir el mercado de las EIP e iniciar un proceso de desconcentración del sector.

Artículo publicado en la revista Tècnica Digital nº 21