Si bien el dióxido de carbono no se ve, no tiene olor, es un gas incoloro y está compuesto de oxígeno y carbono, es, sin lugar a duda, la causa principal de la crisis ambiental que se está viviendo en la
actualidad. Cabe resaltar que, el dióxido de carbono existe naturalmente en la atmósfera, es parte fundamental de la vida del ser humano y es el que permite regular la temperatura del planeta.
A pesar de que el CO2 es indispensable para el funcionamiento del ser humano en la tierra, la emisión en exceso del dióxido de carbono genera grandes daños sobre la biodiversidad y, en sí, sobre todo el ecosistema. Dicho exceso aumenta el efecto invernadero ocasionado por las actividades humanas que han aumentado durante los últimos cincuenta años. Lo que provoca que demasiado calor del sol quede atrapado, provocando un aumento de la temperatura en la tierra.
Según las Naciones Unidas, en su nuevo informe del grupo intergubernamental de expertos sobre el Cambio Climático, indica que, las emisiones de gases de efecto invernadero son responsables del calentamiento del planeta en 1,1° grados centígrados desde 1850 hasta la actualidad.
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