10 de septiembre, Día Internacional para la Prevención del Suicidio
Reflexiones sobre la salud mental
Ayer, 10 de septiembre fue el Día Mundial de la Prevención del Suicidio (DMPS), que cada año organiza la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y que cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El objetivo de este día es dar notoriedad a esta problemática, disminuir su estigma y generar conciencia a nivel global sobre que el suicidio puede prevenirse.
El suicidio es un grave problema de salud pública a nivel mundial, responsable de causar un gran sufrimiento no sólo a la persona que tiene ideas suicidas, sino también a todo su entorno, en especial a su familia y a sus personas más allegadas.
Se considera que la conducta suicida es un continuo, que se inicia necesariamente con la ideación del suicidio y de la muerte, y que en una gradación conductual progresiva puede conllevar amenazas, tentativas y suicidios consumados.
La mayor parte de las personas que tienen pensamientos suicidas no desean morir, sino escapar del sufrimiento que les causa sus circunstancias vitales, de las que creen, que no van a poder liberarse en un futuro. De esta manera, se encuentran de forma permanente valorando motivos para vivir frente a motivos para morir, percibiendo el suicidio como la única vía de superación. Ninguna persona que es feliz siente deseos de suicidarse.
Las estimaciones de la OMS, nos dan una idea de la magnitud de la problemática asociada al suicidio. Así, de acuerdo con los datos de la OMS, se considera que en el año 2019 se suicidaron más de 700.000 personas en el mundo, lo que representa 1 muerte por suicidio por cada 100 (1,3%). Por sexos, el suicidio representa el doble en hombres que en mujeres (12,6 suicidios por cada 100.000 hombres frente 5,4 por cada 100.000 mujeres), a pesar de que las mujeres tienen más tentativas de suicidio.
En España, en 2022 según cifras del INE el número de personas fallecidas por suicidio era de 4.097. Estas cifras suponen que cada poco más de dos horas muere una persona por suicidio en nuestro país (11,2 al día), siendo la primera causa de muerta externa. Por razón de sexo, del total de suicidios, 3.042 eran hombres y 1.055 mujeres.
Además, el suicidio se da en todos los grupos de edad, también en las personas jóvenes, si bien los mayores de 70 año presentan las tasas más elevadas de suicidio, lo que en parte se asocia a enfermedades crónicas o dolores físicos, pero también con sentimientos de soledad.
Las ciudades autónomas (4,78 Melilla y 4,82 Ceuta), junto con la Comunidad de Madrid (5,16) y el País Vasco (6,75) son quienes presentan menores tasas de suicidio en España. En cambio, Asturias (12,89), Galicia (12,52) y Canarias (10,24) tienen las mayores tasas casi duplicando a las primeras.
El total de suicidios en 2022 hace que sea el año con más suicidios registrados en España desde que existen datos disponibles (año 1906). Desde el año 2018 se aprecia una tendencia creciente de mortalidad por suicidio en España, que se ha sido muy acusada en el año 2020 como consecuencia de la pandemia COVID-19, siendo el incremento de la tasa de suicidio ese año con relación al anterior del 7,4%.
Adicionalmente, a los suicidios consumados se debe de tener en cuenta los intentos y la ideación suicida. La OMS estima que se producen alrededor de 20 tentativas por cada suicidio, lo que en España representaría cerca de 82.000 intentos de suicidios anualmente.
No existe un perfil de persona suicida, sino factores de riesgo asociados a la ideación y las conductas suicidas. Entre los factores de riesgo se encuentra haber tenido intentos de suicidio previos, el abuso de alcohol o de otras sustancias tóxicas, padecer un trastorno depresivo mayor u otra enfermedad mental grave, el sexo y la edad, siendo la adolescencia y la edad avanzada las etapas vitales donde existe un mayor riesgo.
Asimismo, se pueden producir señales de alerta que indican la existencia de un posible riesgo próximo de suicidio, como son: las amenazas de autolesión o suicidio, escribir o hablar sobre la muerte o el suicidio, la desesperanza, tener sentimientos de rabia o venganza, así como expresar sentimientos de ser una carga.
Es preciso destacar que el suicidio se puede prevenir. Los expertos consideran que para prevenir el suicido y mejorar la salud mental de la población es necesario destinar más recursos a los servicios de salud mental, que permitan realizar una detección y tratamiento precoz de los problemas de salud mental, una atención sin demoras significativas y de forma continuada.
La última actualización de la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2022-2026, del Ministerio de Sanidad, contempla dentro de sus 10 líneas estratégicas, una dedicada a la Prevención, detección precoz y atención a la conducta suicida, pero no se cuenta con un plan específico.
Además, no se debe olvidar que el tratamiento y prevención del suicidio, requiere de un abordaje multisectorial y no únicamente desde el ámbito sanitario. Por ello, es especialmente relevante el desarrollo de políticas orientadas a disminuir las desigualdades sociales, a la prestación de atención a la vulnerabilidad en la sociedad, garantizar la accesibilidad a actividades de entretenimiento y de diversión saludables. El enfoque debe ser coordinado, multisectorial y colaborativo entre las diferentes instituciones de los ámbitos implicados tanto a nivel estatal, regional como local.
En este sentido, en el día de ayer se ha presentado un manifiesto para la elaboración y puesta en marcha de un plan nacional para la prevención del suicidio, firmado por 46 entidades y profesionales que trabajan en este ámbito de distintas disciplinas y que además se ha promovido en redes sociales con el lema #HagamosUnPlan.
Nos gustaría aprovechar este espacio para dar las gracias a todos los profesionales y organismos implicados que trabajan día a día por avanzar hacia una mejor atención a la salud mental y en la prevención del suicidio y, poner nuestro granito de arena en concienciar a la sociedad del verdadero problema que tenemos en España y a nivel mundial con el suicidio.
El suicidio es un grave problema de salud pública a nivel mundial, responsable de causar un gran sufrimiento no sólo a la persona que tiene ideas suicidas, sino también a todo su entorno, en especial a su familia y a sus personas más allegadas.
Se considera que la conducta suicida es un continuo, que se inicia necesariamente con la ideación del suicidio y de la muerte, y que en una gradación conductual progresiva puede conllevar amenazas, tentativas y suicidios consumados.
La mayor parte de las personas que tienen pensamientos suicidas no desean morir, sino escapar del sufrimiento que les causa sus circunstancias vitales, de las que creen, que no van a poder liberarse en un futuro. De esta manera, se encuentran de forma permanente valorando motivos para vivir frente a motivos para morir, percibiendo el suicidio como la única vía de superación. Ninguna persona que es feliz siente deseos de suicidarse.
Las estimaciones de la OMS, nos dan una idea de la magnitud de la problemática asociada al suicidio. Así, de acuerdo con los datos de la OMS, se considera que en el año 2019 se suicidaron más de 700.000 personas en el mundo, lo que representa 1 muerte por suicidio por cada 100 (1,3%). Por sexos, el suicidio representa el doble en hombres que en mujeres (12,6 suicidios por cada 100.000 hombres frente 5,4 por cada 100.000 mujeres), a pesar de que las mujeres tienen más tentativas de suicidio.
En España, en 2022 según cifras del INE el número de personas fallecidas por suicidio era de 4.097. Estas cifras suponen que cada poco más de dos horas muere una persona por suicidio en nuestro país (11,2 al día), siendo la primera causa de muerta externa. Por razón de sexo, del total de suicidios, 3.042 eran hombres y 1.055 mujeres.
Además, el suicidio se da en todos los grupos de edad, también en las personas jóvenes, si bien los mayores de 70 año presentan las tasas más elevadas de suicidio, lo que en parte se asocia a enfermedades crónicas o dolores físicos, pero también con sentimientos de soledad.
Las ciudades autónomas (4,78 Melilla y 4,82 Ceuta), junto con la Comunidad de Madrid (5,16) y el País Vasco (6,75) son quienes presentan menores tasas de suicidio en España. En cambio, Asturias (12,89), Galicia (12,52) y Canarias (10,24) tienen las mayores tasas casi duplicando a las primeras.
El total de suicidios en 2022 hace que sea el año con más suicidios registrados en España desde que existen datos disponibles (año 1906). Desde el año 2018 se aprecia una tendencia creciente de mortalidad por suicidio en España, que se ha sido muy acusada en el año 2020 como consecuencia de la pandemia COVID-19, siendo el incremento de la tasa de suicidio ese año con relación al anterior del 7,4%.
Adicionalmente, a los suicidios consumados se debe de tener en cuenta los intentos y la ideación suicida. La OMS estima que se producen alrededor de 20 tentativas por cada suicidio, lo que en España representaría cerca de 82.000 intentos de suicidios anualmente.
No existe un perfil de persona suicida, sino factores de riesgo asociados a la ideación y las conductas suicidas. Entre los factores de riesgo se encuentra haber tenido intentos de suicidio previos, el abuso de alcohol o de otras sustancias tóxicas, padecer un trastorno depresivo mayor u otra enfermedad mental grave, el sexo y la edad, siendo la adolescencia y la edad avanzada las etapas vitales donde existe un mayor riesgo.
Asimismo, se pueden producir señales de alerta que indican la existencia de un posible riesgo próximo de suicidio, como son: las amenazas de autolesión o suicidio, escribir o hablar sobre la muerte o el suicidio, la desesperanza, tener sentimientos de rabia o venganza, así como expresar sentimientos de ser una carga.
Es preciso destacar que el suicidio se puede prevenir. Los expertos consideran que para prevenir el suicido y mejorar la salud mental de la población es necesario destinar más recursos a los servicios de salud mental, que permitan realizar una detección y tratamiento precoz de los problemas de salud mental, una atención sin demoras significativas y de forma continuada.
La última actualización de la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2022-2026, del Ministerio de Sanidad, contempla dentro de sus 10 líneas estratégicas, una dedicada a la Prevención, detección precoz y atención a la conducta suicida, pero no se cuenta con un plan específico.
Además, no se debe olvidar que el tratamiento y prevención del suicidio, requiere de un abordaje multisectorial y no únicamente desde el ámbito sanitario. Por ello, es especialmente relevante el desarrollo de políticas orientadas a disminuir las desigualdades sociales, a la prestación de atención a la vulnerabilidad en la sociedad, garantizar la accesibilidad a actividades de entretenimiento y de diversión saludables. El enfoque debe ser coordinado, multisectorial y colaborativo entre las diferentes instituciones de los ámbitos implicados tanto a nivel estatal, regional como local.
En este sentido, en el día de ayer se ha presentado un manifiesto para la elaboración y puesta en marcha de un plan nacional para la prevención del suicidio, firmado por 46 entidades y profesionales que trabajan en este ámbito de distintas disciplinas y que además se ha promovido en redes sociales con el lema #HagamosUnPlan.
Nos gustaría aprovechar este espacio para dar las gracias a todos los profesionales y organismos implicados que trabajan día a día por avanzar hacia una mejor atención a la salud mental y en la prevención del suicidio y, poner nuestro granito de arena en concienciar a la sociedad del verdadero problema que tenemos en España y a nivel mundial con el suicidio.