El origen del Día Mundial de la Educación Ambiental data de 1975 y supone un compromiso asumido por 70 países que reivindican el papel fundamental de la educación como herramienta clave para la sensibilización de nuestra sociedad. Para abordar esta temática "es imprescindible formar a la población mundial en materia medio ambiental, para conseguir una ciudadanía consciente e involucrada, que tenga conocimiento, aptitud, actitud, motivación y compromiso para trabajar individual y colectivamente hacia un futuro sostenible."
Después de 48 años, parece que el ritmo al que la población mundial ha aprendido estas premisas es significativamente lento. El compromiso y la motivación, es cierto, no solo dependen de la educación sino de la acción gubernamental que debe, entre otras cosas y como premisa de las democracias liberales occidentales, garantizar la vida y los derechos humanos – algo que no está asegurado en medio de la crisis climática en que estamos.
Sin embargo, la educación tampoco ha sido suficiente. Si hablamos de 48 años, los líderes sociales, económicos y políticos de nuestras sociedades tampoco han disfrutado el resultado de esta promesa. En efecto, las personas que hoy lideran los distintos aspectos de nuestra sociedad han sido formados a lo largo de estos años en otras disciplinas como las finanzas, la ingeniería, el derecho, la literatura, la medicina y las artes, pero nadie nos dijo cómo preservar el único planeta que, salvo una rápida intervención de SpaceX, tenemos para vivir.
En esta agenda pendiente y en medio de la emergencia climática, aparecen tres elementos clave que deberían estar en el centro de la educación ambiental.
Es cierto, necesitamos voluntad política, pero también necesitamos aprender mucho para orientar dicha voluntad hacia un camino realmente sostenible. Los cambios que el medio ambiente está sufriendo y los cambios que esto implica en la forma en que vivimos, sumado a los límites que tiene el planeta para albergarnos bajo una atmósfera habitable son aún desconocidos para un amplio sector de la sociedad, y ese es el desafío que hay que alcanzar para cumplir con aquellos objetivos trazados en 1975.